El mundo ya no es tan grande y eso es algo bueno

De Francia con amor

Nací para ser un viajera y nunca me sentí muy cómoda estando en el mismo lugar. Viajé a muchos lugares del mundo, siempre buscando nuevos paisajes y experiencias. Pero algo sucedió el día que puse un pie en Santa Teresa, de repente me senti en casa.

 

Aquí nunca espere ver gente de mi país, mi amada Francia, pero por dicha y para mi sorpresa, me equivoqué.
Es curioso cuando piensas que quizás nunca hubiera conocido a estos compatriotas si me quedara en Francia, pero aquí están en Costa Rica y me alegro mucho cuando recibo visitas.
Es curioso cuando piensas que quizás nunca hubiera conocido a estos compatriotas si me hubiera quedado en Francia, pero aquí están en Costa Rica y me alegro mucho cuando recibo visitas.

 

Un caso especial son las visitas que recibí hace un mes, la encantadora familia Leroux Lefranc, vinieron desde Nouvelle-Aquitaine, buscando lecciones de surf aquí en Santa Teresa. Al instante reservaron clases de surf para todos los miembros de la familia.

 

Como alma solitaria, realmente aprecio lo que me hicieron sentir ese día, ser parte de una gran familia. Todo ese amor que fluía entre la familia realmente estaba calentando mi corazón. Como instructora de surf, siempre trato de conectarme con mis alumnos, pero esta vez fue diferente, la experiencia de enseñar a toda una familia fue algo maravilloso para mí.

 

Gracias a Francois, Catherine, Louise, Alexandre y Adelle, nos vemos el año que viene, no puedo esperar !!